Estados Financieros Básicos
Cada empresa conoce su mercado, conoce a sus clientes y sabe cómo se comportan ellos a través de las relaciones comerciales: con factores como la puntualidad en los pagos, la recurrencia de compra, la rotación de mercancía, el crecimiento en aperturas de nuevos negocios, y otros signos de comportamiento comercial, se devela la personalidad de una organización. Podríamos decir que a través de ciertas constantes se observa la ética, la buena administración y el cuidado con que se lleva una empresa.
De esta misma manera como las empresas medianas y grandes aprenden a conocer el negocio de sus clientes, los bancos también están atentos a hacerlo con los suyos, pero en este caso, ese conocimiento se basa en el análisis de los Estados Financieros Básicos. Estos son una serie de documentos que recopilan datos, parámetros y características que transparentan las buenas prácticas y la capacidad de una empresa, sea pequeña o mediana, de hacerle frente a los pagos de sus responsabilidades.
La mayoría de las empresas para fundarse, crecer o para ampliar su portafolio necesitan de un capital, que generalmente lo aporta el banco bajo ciertas garantías; entonces esa seguridad implícita de garantizar la devolución del dinero prestado recae mayoritariamente en la lectura detallada de los renglones de los Estados Financieros Básicos.
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Los cuatro estados de mayor escrutinio son:
Estado de Situación Financiera: Aquí se presenta en forma clasificada, resumida y consistente, la salud financiera de un negocio en una fecha determinada. Y revela la totalidad de sus bienes, derechos, obligaciones, pasivos y activos; también la situación del patrimonio. Digamos que es una radiografía de la estructura del negocio.
Estado de Ganancia o Pérdidas: Aquí se mide la actividad de una empresa a lo largo de un período, suele ser un trimestre o un año. Se refiere al estado de ganancias y pérdidas de la empresa; estado de ingresos y gastos, o estado de operaciones. Existe una fórmula que lo simplifica: los Ingresos menos los gastos, que dan el resultado de la ganancia neta. Con esta información se observa el rendimiento económico de la empresa. Digamos que es un electrocardiograma que refleja el flujo y la presión sobre este.
Estado de Patrimonio: Este permite ver los cambios que ha tenido el patrimonio de la sociedad de un año a otro, o de un periodo a otro. Permite determinar el comportamiento financiero de la empresa respecto a su patrimonio. De su análisis se pueden detectar situaciones negativas y positivas para aprovechar oportunidades y fortalezas del comportamiento del patrimonio. Digamos que es un exámen del sistema de defensas de la empresa.
El Estado de flujo de efectivo: Es un análisis global de las variaciones de efectivo y sus equivalentes en un periodo determinado. El estado de flujos de efectivo refleja la liquidez de la empresa y, por lo tanto, ayuda a determinar su viabilidad en el corto plazo e incluye la capacidad de la compañía para pagar las cuentas, planillas y otros gastos inmediatos. Digamos que es un examen de prueba de esfuerzo para ver que tanto oxígeno y energía tiene la empresa.
En base a este análisis, incluídas las notas explicativas, y otros datos como: tiempo de creada la empresa, dirección física, propiedades que ostenta y su avalúo, depósitos en bancos, inventario (si aplica), rotación de sus cuentas por cobrar, cobros, ventas o ingresos, gastos, liquidez y rentabilidad, se recabará la información. Digamos que es una historia clínica completa.
Todos estos datos financieros permiten a las entidades bancarias evaluar al cliente y a la vez ayudan al cliente a visualizar si todo está en orden. Contar con la información financiera exacta y estructurada es un esfuerzo, pero favorece la agilidad y eficiencia en todos sus trámites. Además, ayuda a aterrizar a la organización, analizar si el negocio es lo suficientemente rentable para tener una fluida fuente de repago del préstamo y una capacidad de pago sin estrés, o es entonces una oportunidad para enfocarse en otras fortalezas de crecimiento.