Un campo para hacer negocios
Muchas de nuestras decisiones se deben a influencias que nos penetran desde otros países, sea por su economía fortalecida, su liderazgo mundial, o por una tendencia o moda como ocurre hoy día con el efecto de las ‘redes sociales’. Antes de la pandemia, una marcada ola de retorno al campo se comenzaba a marcar en varios lugares de Norteamérica.
El auge de valorar los productos concebidos artesanalmente, el aumento de las preferencias por consumir productos orgánicos, y la búsqueda de la creación de empresas sostenibles al medio ambiente se fue enfatizando después de la crisis de 2008 en Estados Unidos. A esto se sumó la saturación del tráfico, la vida vertiginosa y los altos costos de vivienda, escuelas, y otras demandas que exigen las ciudades que llevaron a los estadounidenses a pensar que había una vida más feliz, más lejos.
Luego, la pandemia aceleró esas decisiones. Entonces comenzaron a verse cada vez más negocios enfocados o establecidos en el campo o alrededor de pequeños pueblos durante y después de la cuarentena, que los llevaron a repensar vivir en las ciudades, y así buscar un medio de sustento relacionado al agro o a los productos de manufactura artesanal.
Panamá no ha escapado a esa tendencia, desde hace un año, y con la oportunidad que presentó el teletrabajo se incrementó la migración hacía el interior del país. Las personas acostumbradas a una vida rutinaria de la oficina a la casa vieron otra forma de vivir la vida y pensaron en un nicho nuevo de negocio. Panamá tiene la mayoría de las plantas de productos alimenticios establecidas en el interior del país, por ejemplo, tan solo entre Chiriquí y Azuero se cuentan unas 40 plantas de quesos. En el interior han surgido cervecerías artesanales y una serie de productos orgánicos como mermeladas que innovan con sabores a cebolla y ají y mantequillas de sabores gourmet que son enviadas hacia la capital. El sabor y los productos locales se hicieron más célebres: surgieron nuevas marcas de cafés chiricanos con tostados de autor y el chocolate de Bocas del Toro se vistió de bellos empaques incluso ganadores de premios internacionales.
Los millennials, curiosos por la exploración, le mezclaron sal marina, café, raspadura y otras especias autóctonas a los chocolates creando una nueva categoría. Se crearon fábricas de jabones con solo ingredientes orgánicos, y hasta hornos portátiles de barro hechos a mano con envíos desde la campiña a la capital para que los citadinos pudieran saborear los sabores campesinos. Parte de estas iniciativas surgieron a la fuerza de la pandemia e intentando atraer a un nuevo mercado que antes solo miraba a los productos importados. Incluso los cosméticos naturales y veganos encontraron un espacio para satisfacer otra tendencia creciente.
Según estudios de la Ciudad del Saber, los tres factores más influyentes actualmente a la hora de hacer negocios en Panamá son: formación académica, experiencia, y solidez financiera. Un dato muy importante es que el panameño tiene hoy día más estudios académicos, un nivel socioeconómico más alto y ha comenzando a establecer sus empresas en el centro del país. La edad promedio de los nuevos empresarios descendió a los 25 años, algo que se puede considerar un buen augurio. Además, porque de cada 100 panameños, 28 considera oportuno iniciar su negocio.
Otro dato de interés es que la mayoría de estos nuevos negocios se da en el grupo de los ‘Nativos digitales’ entre 22 a 33 años. El 16% se encuentra en las provincias centrales, y un 17% en el occidente del país (Veraguas, Chiriquí y Bocas del Toro). Un dato muy valioso es que las mujeres tienden a generar 20% más de ingresos que los hombres, a pesar de que invierten un 50% menos que ellos.
Un dato concluyente del estudio es que 85% de los nuevos empresarios decidieron iniciar su propia actividad para ganarse la vida porque ahora el trabajo escasea. Esa pérdida atizada por la pandemia, el interés por un estilo de vida más al aire libre en el campo o en las playas, y la facilidad de trabajar conectados desde lugares remotos, nos llevará a presenciar, seguramente, como está ocurriendo en países más desarrollados a que: jóvenes, campo y negocio sean tres palabras cada vez más frecuentes en nuestro futuro económico.
Oct 15, 2021